Varios Autores

Versos con antivirus (España, Nicaragua, Perú, Venezuela, Argentina y Brasil)

Tiberíades se complace en publicar algunos textos de poetas de Argentina, Nicaragua, España, Brasil, Venezuela o Perú, todos ellos abordando estos tiempos de pandemia que nos ha tocado vivir.

La foto de portada es obra de José Amador Martín.

 

GERARDO OBERMAN
(Argentina)

FLORECER

“Florecerá en sus días justicia,
y muchedumbre de paz…”

Salmo 72:7, RV60

Florecerán flores
cuyo perfume será justicia;
y otras flores tendrán
el aroma de la armonía perdida.
Los jardines de la vida
se llenarán del perfume
de las sonrisas,
de los abrazos,
de los sueños compartidos
y del pan horneado
que alcanza para todos y todas.
Y habrá nardos de esperanza,
amapolas de comprensión,
tulipanes multicolores de diversidad,
fresias de humildad,
margaritas de te quieros
rosas de sanidad,
claveles de cielos nuevos,
gardenias de compasión,
jacintos de creatividad,
moringas de libertad,
violetas de simplicidad,
peonías de tolerancia,
lilas de independencia,
petunias de modestia,
hortensias de honestidad,
girasoles de lealtad,
azucenas de generosidad,
crisantemos de paz,
jazmines de Adviento.

 

JORGE EDUARDO ARELLANO

(Nicaragua)


EL PÁNICO PANDÉMICO

(Paráfrasis de Darío)

 

Timor mortis conturbat nos.
William Dumbar

UN MIEDO planetario invade el azul celeste.
A todo el mundo abate la igualitaria peste
Urdida por el hombre desde el Extremo Este.

¿Ha nacido el apocalíptico anticristo?
Fuertes clamores se han oído y tragedias se han visto.
Millones renuevan sus peticiones a Cristo.

Se valora más que nunca la luz de la vida.
No debe surgir más tanta Alma Empedernida
Ni el Amante de Tinieblas que la aurora olvida.

Otra era preñada de dolor tan profundo
Se cierne angustiosa sobre el corazón del mundo
Y deja a todo ser enfermo y meditabundo.

En un pozo de sombra la humanidad se encierra
Ante el desatado Miedo, mayor que el de la Guerra,
Mientras llora afligida la esencia de la Tierra.

[24 de abril, 2020]

 

JOSÉ LUIS NAJENSON

(Argentina-Israel)
Foto de José Amador Martín


EL NUEVO ENCIERRO


Se parece a la “encerrona”
de toritos desbocados,
como se hacía en España
en tiempos menos aciagos,
salvo en que nosotros mismos
somos los encerrados,
pero entre cuatro paredes
donde tampoco hay espacio
para correr un amok
de puro desesperados.

Hoy hemos llegado a ser
presas para el Minotauro,
víctimas de un sacrificio
por motivos ignorados.
¿Será tal vez un castigo
o alguna señal del Hado
por pecados cometidos
o por futuros pecados?
Es un infierno taurino
con los puestos trastocados.

Y donde estaban los toros
allí nosotros estamos,
un laberinto siniestro
que irrumpe por todos lados,
y en el que al fin del camino
muchos de los encerrados
pasarán a mejor vida
en otro ruedo lejano.

El Gran Torero de Arriba
es el que guía los pasos.


JULIO COLLADO

(España)
Foto de Jacqueline Alencar


CUANDO ESTE VIRUS ACABE

Versos sobre la crisis sanitaria creada
por el COVID-19 en nuestro país

 

Cuando la sombra del miedo
de este virus  feroz termine
antes que dejen el baile los pájaros

en las flores del manzano;
cuando llegue a su culmen la luna llena
que ahora crece
al cuidado de las estrellas;
cuando se abran de par en par las escuelas
y los saberes escolares
cambien de dirección e intensidad;
cuando las empresas comiencen a fabricar
los bienes sencillos y necesarios
y abandonen tantos caprichosos
y mortales;
cuando la vida vuelva a las calles
y las plazas y los parques se adornen
de risas y de juegos;
cuando se abran los bares para echar
las partidas de siempre
y tengan un techo todas las gentes;
cuando los parados dejen de serlo
y las familias vuelvan a sonreír …
Entonces,
habrá tiempo de repensar quiénes somos
y cómo se ha de vivir con los otros
en esta bella Tierra
que nos acoge y alimenta.
Porque a la vista ha quedado
que nadie es indispensable
y todos somos necesarios.
También será el tiempo de examinar
a los gobernantes de ahora y de antes,
pues ya dice el refrán
de aquellos polvos, estos lodos”. 

 

CARLOS OYAGUE PÁSARA

(Perú)


PANDEMIA
(Soneto alejandrino)

Desbordaron las fosas. La conciencia se agita
y el compás de la muerte sacrifica rituales
sin la lágrima viva que reparte, mortales,
los venenos que podan la cosecha marchita.

De dantescos infiernos, la materia maldita,
multiplica difuntos en guarismos brutales.
Como nunca los hombres, hoy lamentan los males
que amortajan naciones, sin clemencia bendita.

Enterrados los muertos sin responso de sanos
solo queda la duda que remplaza los duelos
y la luz mortecina con alguna esperanza.

Mas, los genios sublimes de los seres humanos
vencerán a los miasmas que secuestran anhelos
y a los pueblos dolientes volverá la confianza.

23-Marzo-2020

Foto de Jacqueline Alencar

XENARO OVÍN

(España)

Un gesto débil marca el regreso
baja su mano a la doblez como una  pluma cansada
Reclina la cabeza en el umbral de la noche

 

JOSÉ PULIDO

(Venezuela)


CINCO MASCARILLAS PASAN MÁS ALLÁ DEL JARDÍN

Las cinco flores que se murieron se llamaban vaginas
Los cinco fantoches del azar desaparecieron
Los tres niños y las dos niñas no tenían apellidos
Habían olvidado de dónde venían
Algo normal cuando no se conoce el destino
Era cosa de dormir cerca del restaurante de comida rápida
Porque su basurero atardecía muy prometedor
Pero de repente todos los comercios cerraron
La cuarentena universal llegó y ellos quedaron solos en la calle
Recogieron unas mascarillas usadas
Y se las pusieron para engañar el hambre
Cinco mascarillas pasan más allá del jardín
(Aludían al carnaval de Venecia
en todos los reflejos
Como si no comieran desde el Renacimiento)
Jugaron a que eran super héroes
Pero no sabían nada de Nueva York
No sabían nada del Vaticano
No sabían nada de la Torre Eiffel
No sabían nada del Taj Mahal
No sabían nada del Big Ben
Puede que hayan soñado con el Ganges pero sin el nombre
No estaban informados idealmente para conocer
Qué mundo iban a salvar como super héroes
Pero sabían de la Plaza Venezuela y de la Avenida Casanova
Que también es planeta con malvados y desasistidos
Debemos volar hasta donde haya comida, dijo uno
Volemos invisibles como los ángeles, dijo una
No existen los ángeles opinó el de más edad
¿Qué crees tú que son las golondrinas? preguntó otra
Solo los perros se acercaban deseosos de protegerlos
Pero a veces ellos trataban de matar a pedradas a los humildes servidores
Porque el hambre es mala consejera y habían aprendido a cocinarlos
También aprendieron que todo hombre agrede
Que toda mujer es como nombrar la soga en casa del ahorcado
Que Dios está diseminado y por lo tanto es el aguacero que cae,
el agua que inunda y frío que azota, pero en su defecto es quien ampara gratis
Para decirlo de una vez sin que nos quede nada por dentro:
¿qué creen ustedes que son las golondrinas?


MÁXIMO GARCÍA RUIZ

(España)
Foto de Jacqueline Alencar

¡AY! MARZO Y ABRIL


                             Éxodo 11
En recuerdo de las diez plagas de Egipto

¡Ay! marzo y abril como vinisteis,
cuánto dolor, cuanta tragedia,
¡cuánta muerte!

Llegó desde lejos a instalarse,
enemigo cruel, un virus inclemente,
¡cuán inclemente!

Ángel de exterminio que no respeta
el dintel de las puertas señaladas
¡cuánta dolencia!

Diezmó una generación de veteranos
que habían sobrevivido a otras tragedias,
¡cuánta desdicha!

No hay sangre de cordero que contenga
la ira justiciera de este dios enfurecido,
¡cuánta contienda!

Alcanza sin distinción a todas las naciones,
no reconoce a ninguna, como pueblo escogido,
¡cuántos rencores!

¡Ay! marzo y abril como vinisteis
cuánto dolor, cuánta tragedia,
¡cuánta muerte trajisteis!

Mayo de 2020


A LAS OCHO EN PUNTO DE LA TARDE

A las ocho en punto, a las ocho de la tarde,
suenan de forma tímida y luego acompasada
de uno a otro balcón se comunican,
aquellos que jamás se visitaron
cuando el Covid-19 aún no existía.
No importa que llueva, que haga frío
o que el sol proyecte su luz en la fachada,
suenan los aplausos con emoción contenida
cada día a la misma hora ya instaurada.

Son aplausos que encierran gratitudes
a quienes con riesgo de sus vidas nos protegen;
médicos, auxiliares, celadores y enfermeras,
sin olvidar el servicio abnegado y silencioso
de quienes limpian y atienden mostradores.
Aplausos que se hacen extensibles
a cajeras, transportistas, policías y civiles
que aún poniendo en riesgo su integridad física
nos sirven con denuedo día tras día.

Y detrás de todos ellos, está la muerte.
Son ya varios miles los que nos dejaron,
supervivientes muchos de ellos de una guerra
que entonces se debatía entre hermanos.
Habían sobrevivido a la posguerra,
de las garras del Dictador escaparon. Y ahora,
con escasas fuerzas, al final de sus años,
aparcados en residencias les dejaron
y allí el “corona virus” los ha atrapado.

La vida sigue, y seguirá mañana,
cuando hayamos vencido al enemigo,
cuando no sean necesarios los aplausos,
cuando volvamos a andar nuestro camino.
Pero ya nada podrá ser lo mismo,
quedan vacíos los huecos que dejaron
aquellos a quienes el virus ha truncado
una vida que, aunque ya gastada por los años,
albergaban recuerdos, sueños, proyectos y fracasos,

Abril de 2020

Foto de José Amador Martín

PERDIMOS LA PRIMAVERA

Hemos perdido la primavera
en este año que tanto prometía.

Muchos han sido los que nos dejaron
trofeo que el virus se ha cobrado.

Nos robó, igualmente, los abrazos
y el contacto familiar quedó alterado.

La vida ha girado en torno al virus
la ciencia aún no lo ha atrapado.

Se acabó para muchos el trabajo
ha dejado tras sí mucho fracaso.

Hemos sido en nuestras casas aislados
roto el contacto con nuestros hermanos.

Las familias han sido separadas
ni siquiera la muerte les ha juntado.

La entrega generosa de los galenos
ha sido reconocida con nuestros aplausos.

Un enemigo del que nada conocemos
ha puesto en evidencia nuestros miedos.

Incluso las iglesias se han cerrado
nadie como este virus lo había logrado.

Tan invisible es nuestro enemigo
que muchos a chufla le han tomado.

A chufla hasta que algunos de ellos
con la muerte lo han pagado.

Ha visitado especialmente a los humildes
pero tampoco los poderosos se han librado.

Atacó cruelmente a los mayores
sobre todo, a los que estaban aparcados,

Aparcados en umbrosas residencias
en las que la muerte les ha encontrado.

Muy pronto llegará el verano
y con él la esperanza de librarnos

Librarnos del encierro que sufrimos
y poder reencontrar a los amigos.

Y cuando la ciencia consiga la vacuna,
daremos la batalla por vencida.

Hemos perdido la primavera
y, tal vez, tengamos que perder el verano,
pero aún tenemos la esperanza
de poder conservar la vida.

Mayo de 2020

 

CLAUDER ARCANJO

(Brasil)
Foto de José Amador Martín

DO ANJO

Do anjo Quem te ensinou, homem
A te livrares dos teus mortos,
A enterrare-los em vagas abertas,
Sem vigília, nem oração;
Sem te relembrares dos feitos deles,
Sem lhes abonares as faltas ou os pecados,
Sem dares a teus entes um terço
Ou uma ave-maria de consolação?

Quem te ensinou tamanha brutalidade:
A congelares teus parentes em câmeras frias,
A não recolheres os cadáveres sob choro e vela,
A colocares código de barras nas frias testas,
A dares velocidade no crematório insano
— a queimares as carnes da humanidade —
Ou a jogá-las nas valas dos cemitérios ímpios,
A evitares tão só corvos, hienas e urubus?

Saibas tu, filho ingrato de Cristo,
Que as almas haverão de retornar,
A fim de ajustarem contigo as contas
De enterro correto: condigno e bendito!

(*) Poema publicado en la antología “Quarenta en quarentena”, coordinada por Thiago Jefferson Galdino en Rio Grande do Norte (Brasil)

Foto de José Amador Martín
Foto de José Amador Martín

 



One thought on “Versos con antivirus (España, Nicaragua, Perú, Venezuela, Argentina y Brasil)”

  • Carlos Oyague Pásara 13/05/2020 at 3:28 pm

    MUCHAS GRACIAS POR LA PUBLICACIÓN, ALFREDO. TE MANDO UN ENSAYO QUE ESCRIBÍ SOBRE LA POESÍA Y QUE YA HA SIDO PUBLICADO. (NOTA ESCRIBO CON LETRAS MAYÚSCULAS PORQUE CON LAS MINÚSCULAS TODAS LAS PALABRAS COMIENZAN CON MAYÚSCULA Y COMO ASÍ NO SE ESCRIBE PREFIERO HACERLO CON ÉSTAS)

    REFLEXIONES SOBRE LA POESÍA

    Antes que el poeta, existe la vocación. Es ella la que nos acerca al Arte y determinará nuestra creación literaria.
    En el ineludible proceso de aprendizaje para llegar a franquear las puertas del Templo de la Poesía, los primeros trabajos no son los mejores, y además encontraremos multitudes de pretendientes con las mismas aspiraciones. Cada cual, según su preparación, constancia, sensibilidad y esfuerzo llegará hasta donde se lo permita su inteligencia y voluntad, pero, es un hecho de que no todos llegan a conquistar el Arte de la Poesía. Escribir versos es algo que se le parece pero no es lo mismo.
    Poeta es aquel que vive con la obsesión de la belleza, la equidad y la verdad. Un hombre se reconoce a sí mismo como poeta, cuando siente interiormente que esas virtudes potencian sus facultades. La Poesía es el fruto de ese proceso.
    El verdadero poeta siente suyo el dolor ajeno y lucha contra la ignorancia, el fanatismo y la ambición, que son los vicios que destruyen la fraternidad entre los hombres. El amor, como causa, preside sus sentimientos y el efecto contrario es el rechazo a todo lo que a él se oponga.
    Hombre, no divino, siente el privilegio de su misión como un crecimiento interior que si se descontrola puede hacer eclosionar desproporcionadamente su ego.
    En el ejercicio constante de tender puentes entre sus pensamientos y la palabra en versos, su idioma se hace ágil y dúctil, por consiguiente, punzante; cuando quiere hacer uso de su energía. Es consciente de que hace lo que no todos pueden hacer y deja que su inteligencia decida la mejor forma de administrar esa ventaja. La palabra, como arma, adquiere una sonoridad contundente en la Poesía.
    La admiración y los aplausos, son las amenazas que debe de aprender a controlar para no perder de vista la misión poética que se ha propuesto cumplir.
    La humildad será siempre la mejor y más escasa virtud que adorne a un Poeta.

    Carlos Oyague Pásara
    16-Abril-2020

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