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Poemas de Beatriz Garrido

ENTRE LIRIOS

Mi rosa de Sarón y el lirio de mis valles,
Prendiste todo mi ser con tu dulzor.
Tu suave voz y todos tus aromas,
Enredaron mi alma como hiedra prendida en amor.

Tu nombre es como suave ungüento derramado.
Atráeme una y otra vez en pos de ti.
¡Hazme saber, amor, cuánto me amas!
Y correré en tu busca, como paloma en mes de Abril.

Tu fruto es tan dulce ,amado mío,
que estoy enferma de amor si no estás tú.
Abrázame con fuerza y con ternura,
y haz de tu amor bandera de transparente luz.

Llega la primavera amor, marchó el invierno,
y suave canción de tórtola susurra por ahí.
Apaciéntame entre lirios hasta que apunte el alba
y huyan todas las sombras que hay en mí.

Ponme como un sello sobre tu dulce alma,
Como una marca eterna sobre tu brazo y corazón.
No dejes que este amor se acabe nunca,
Y enrédame en tu seno con pasión.

Porque este amor es fuerte así como la muerte,
sus brasas como fuego que me hace enardecer.
No podrán apagarlo ni las muchas aguas,
ni ríos caudalosos de eterno atardecer.
Foto de José Amador Martín
Foto de José Amador Martín
CUANDO LLEGUE EL OTOÑO SERENO DE MI VIDA…

Cuando llegue el otoño sereno de mi vida,
cuando las hojas, lentas, se caigan a mis pies;
me sentaré a tu lado y me echaré en tu hombro,
y recordaré aquel día cuando te comencé a querer.

Cuando llegue el otoño sereno de mi vida,
ya lejos de trabajos, problemas y ansiedad,
recordaremos juntos, con el rostro cansado,
los momentos de luchas, problemas y pesar.

Cuando llegue el otoño sereno de mi vida
y el mar -en la ventana- se vuelva espuma gris,
recordaré momentos de juventud intensa,
cuando en sus fieras aguas inmersa me sentí.

Cuando llegue el otoño sereno de mi vida,
y los días corran lentos en tonos pastel,
te tomaré las manos suaves y cansadas,
e igual que aquella tarde las acariciaré.

Cuando llegue el otoño sereno de mi vida,
recordaremos juntos nuestro servicio a Dios,
en diferentes formas, maneras y colores;
pero siempre pensando ofrecerte lo mejor.

Cuando llegue el otoño sereno de mi vida,
me quedaré dormida tranquila, junto a ti;
y si es que en la otra vida existe amor alguno,
volvería a buscarte, por siempre inmersa en ti.
Moros, Garrido, Quintana y Pavón, autoras del libro dedicado a Teresa de Ávila (Foto M Gala)
PARA TI, TERESA

Buena estatura y en su mocedad hermosa
y, aún de vieja, preciosa harto bien.
Ojos vivos y graciosos, manos pequeñas y finas…
Así te definió alguien ¡Encaja bien con tu ser!

Me encanta ver tu osadía y hasta tu atrevimiento:
tenías las cosas claras, sin dudarlo ni en un alto.
Bien puede que tú llevaras los dos pies muy bien descalzos,
Aquello de… “Pisa morena.”  Te definía Ipso facto.

Mujer valiente donde las hubiera,
Culta, inteligente, apasionada y hasta desbordante.
Al mismísimo Inquisidor le diste dos medías tuercas.
¡ni sabes lo que daría por abrazarte al instante!

Prohibida, juzgada, criticada y observada.
No creo que fuera fácil sobrellevar esa carga,
Pero el más grande Amor de tu alma y de tu vida,
Te ayudaba a soportarla; todo por Él aguantabas.

¿Me dicen qué medio hermana?...
¡Hermana entera yo digo!
No puede quien a Dios ama,
ir separada conmigo.

¡Te admiro Teresa mía! Casi diría… ¡Te envidio!
Tu huella fue tan profunda,
que ni los más detractores ni grandes inquisidores
han podido disiparla, destruirla ni apagarla.

Vivo sin vivir en mí…
El que de Dios el reino busca con ansia…
Vuestra soy, para Vos nací
¿qué mandáis hacer de mi?

Yo sé que voy a encontrarte
En aquel lugar hermoso, inmarcesible y eterno.
Cuando llegue allí, te busco
y mi abrazo para ti será inmenso y deseable!
Foto de José Amador Martín
AL ALBA

Me encuentro, mi Señor, con tu mirada, 
cada alba del día de mi vida;
y es hermoso ese encuentro sin palabras,
cuando Tú me despiertas entre nubes blancas.

Comienzas a mirarme y comienzo a ver la luz del día,
y mis ojos se abren a tu encanto,
a tu Amor, a tu dulzura y alegrías.

Me tomas como flor sutil y frágil,
y me acaricias el alma cada día.
Si Tú no estás Señor, no viviría,
no seria, no respiraría.

Porque eres el dador de nueva vida,
el que brilla en el alma y existencia,
quien pago de una vez todas mis deudas;
mi esperanza, redención y estrella mía.

¿Qué podría yo dar Señor, ante tal Gracia?
¿cómo podría pagar regalo inmerecido?
sólo rindiendo el alma con fragancia,
sólo rindiendo el ser, toda la vida. 
Foto de José Amador Martín
SÓLO RENDIDA ANTE TI
 
Hoy vengo rendida

Hoy vengo rendida en adoración,
postrada y rendida ante ti.
No tengo que darte, tan sólo mi ser,
humilde ¡es todo de ti.
Y busco que darte, y busco el que dar,
y no encuentro palabras ni voz.
Ni obras que pueda añadir a tu Cruz,
tan sólo te doy lo que soy.

Me veo tan pobre ante tu Majestad,
me veo tan poco a tus pies.
Que sólo me entrego, que sólo me doy,
Y adoro postrada ante el Rey.

Me amaste primero, te diste por mi
¿qué puedo ofrecerte Señor?
Tan sólo mi vida, sólo el corazón,
delante del Trono, en adoración. 
Foto de José Amador Martín
COMO AGUA 

Hazme, mi Señor, transparente como el agua,
y no dejes nunca que se deslice mi hablar;
dame un habla dulce y muy suave.
Y no dejes que me enrede mi pensar.
Ayúdame a tener compasión por el herido,
dame cariño a raudales para compartir:
quiero danzar entre lluvia fina y agua,
sólo quiero ser un reflejo fiel de ti.
Me encanta el agua mansa de mis rías,
me encanta el agua brava de mi mar:
pero hoy necesito de tu agua,
necesito sumergirme en tu soñar.
Llena mis manos de agua fresca y dulce,
agua preciosa para compartir;
compartir con el necesitado y el que sufre,
quiero ser bendición y poder bendecir.
Y cuando llegue al río de tus aguas de ensueño,
sujétame con fuerza para no caer;
y llévame a la orilla y envuélveme en tu seno,
Dios de la vida mía, de la transparencia y paz.
Hoy quiero ser Señor tal como el agua,
y quiero que me empape el corazón;
agua de vida y sanidad profunda,
que lleve en cada gota tu mensaje y tu Amor. 
Foto de José Amador Martín
DESTINOS EXTRAORDINARIOS 

Nunca supe y nunca sé,
y nunca sabré hasta verte;
sólo sé que me escogiste
para amarte y no perderte.

Y te amo porque amas
como jamás hayan hecho;
por mi entregaste tu vida,
y por ti entrego mi techo.

Me has pasado por el fuego
y por las aguas profundas;
pero en cada recoveco, 
me ha amparado tu fiel pecho.

Y no quiero deslizarme,
y no quiero marchar nunca;
de tu fuerza, de tu abrazo,
ni de tu Cruz hecha lucha.

Una lucha ya vencida,
una lucha bien ganada;
una victoria que acoge
mi ser en suave balada.

Y nunca sabré hasta verte
el porqué de cada cosa,
de cada prueba que duele
o de la dulce enramada.

Señor de la vida mía,
hay propósito en tus planes.
Y yo me rindo de nuevo,
sabiendo que tu luz clara ilumina mi mirada.

Dios del sol y de la luna,
de las estrellas brillantes;
aquí me tienes de nuevo,
con valor de diamante.

Y al final de mi carrera,
cuando me encuentre ante el Trono;
sólo podré contemplarte,  adorarte
en mar de vidrio, perlas blancas, y abandono. 
Foto de José Amador Martín
CRUZAMOS JUNTOS

Llevo el alma desnuda y muy cansada,
y se me abre la puerta una vez más.
Me pesan las amarras, la mochila,
el zurrón, la harina, y el costal.

Y recuerdo aquel golpe en las entrañas,
el dolor del amigo que falló,
la decepción, los golpes de la espada;
pero tu abrigo fiel en el dolor.

Envuélveme en ternuras y cariño,
en flor de la canela y en pasión.
Empápame en tu Gracia y en tu Llama,
y haz arder mi alma y corazón.

Y seguimos camino ¡Padre mío!
y subimos montañas, nubes, y fulgor.
Siempre muy juntos, yo a tus pies y Tú a mi vera;
en cada luz del alba, y en cada estrella llena de color.

Y hoy cruzamos la puerta que me lleva al Trono,
La puerta de otro año que no sé que tendrá.
Pero cruzamos juntos ¡Amor de mis amores!
La cruzo muy tranquila, me llevas al Hogar. 
Foto de José Amador Martín
HILOS DE PLATA

Hilos de plata manejan mi vida,
me envuelven, me atrapan y me hacen soñar.
Los hilos suaves que guían mis pasos,
y hacen que brille todo el caminar.

Hilos de plata que mi Dios me pone,
no por fuerza ni orden, sólo por amor.
Amor que me abraza, Amor que me enreda,
tal como la hiedra mirando hacía el sol.

Hilos de plata llevarán un día,
al dulce destino que me espera allá.
Más alto que nubes, que luces y estrellas,
junto al Dios que un día me vino a salvar.
Alencart, Stuart Park, Beatriz Garrido y Juan Carlos Martín (foto M Gala)
FUEGO LENTO 

Te vi sobre un trono alto entre alas de querubines,
y se estremecían puertas, humo, voces celestes serenas.
Y me llamaste por nombre, y me pediste que fuera;
yo no pude resistirlo, y te respondí que sí entre envolventes estrellas.  

Y yo comencé a seguirte aunque me creía niño,
pero tu silbo apacible me hizo salir de mi cueva.
Me rodeó con tus besos, me rodeó de cariño,
y tus palabras hermosas confirmaron mi destino.  

A fuego lento me amaste, a fuego lento llamaste,
trabajaste a fuego lento mi pasión y desvaríos.
A veces el fuego ardía, a veces era suave;
pero fuiste poco a poco llevando mis desatinos.  

En las colinas más altas, tu fuego lento me hervía.
 En los más profundos valles, me acariciaba ese fuego;
mas en cada lado mío, en tu sendero que andaba,
fuiste siempre a fuego lento llevando mi pie ligero.
 
Trabajaste mis errores, me llenaste de tu vida,
me enseñaste, me guiaste, y lo mismo que una vela
a fuego lento guardaste y utilizaste mi vida.
Jamás tú me abandonaste en la lucha, la batalla, o el calentar de la cera.  

Y sigues a fuego lento tomando mi vida entera,
y a cada paso que ando me acerco más a tu vera.
Que no hay nada tan profundo, ni alto ni principado,
que no me acerque a tu bien, a tu presencia y entrega.  

Y un día me llevarás y veré tus ojos bellos,
entonces ya no habrá prisa y seguiré a fuego lento.
Tendré dulzura infinita para envolverme en tus brazos,
Y a fuego lento sin fin será el cielo, serás tú, será mi ensueño bien cierto.

Poema reconocido con el accésit en la XXXII edición
del certamen literario de relato y poesía González-Waris
Tarquis, Alencart y Garrido (foto M. Gala)

Beatriz Garrido (La Coruña, España), poeta, conferenciante, locutora de radio y presentadora, junto con Jaime Fernández, del programa de radio de “Nacer de novo”, programa de todas las iglesias evangélicas de Galicia. Escribe los domingos en el periódico Protestante Digital, en su blog personal “Follas Novas”. Forma parte de la Junta nacional de la UDME (Unión de Mujeres Evangélicas de España) y del Consejo asesor español de TIBERÍADES. Ha obtenido varios galardones por sus creaciones poéticas.

Ofrendas para Teresa, poemario que contiene versos de Beatriz Garrido


One thought on “Poemas de Beatriz Garrido”

  • leopoldo lopez samprón 28/02/2019 at 6:05 pm

    Poemas directos y sinceros escritos con el alma. Un placer leerlos. Gracias

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