Tiberíades agradece a las entidades convocantes del prestigioso Premio Internacional de Poesía ‘Pilar Fernández Labrador’ por permitirnos difundir, a modo de primicias, un manojo de poemas inéditos que forman parte del libro ‘Un silencio habitado’, de la madrileña Carmen Palomo Pinel, por el cual obtuvo el Accésit de la VIII edición, la misma que fue ganada por el mexicano Margarito Cuéllar por su libro ‘Ensayo sobre la belleza y el desorden de las cosas’. A esta edición se presentaron 1304 trabajos procedentes de 28 países.
El jurado estuvo integrado por Pilar Fernández Labrador, António Salvado, Carmen Ruiz Barrionuevo, Jesús Fonseca, Alfredo Pérez Alencart, Carlos Aganzo, José María Muñoz Quirós, Inmaculada Guadalupe Salas y David Mingo. Victoria Pérez Castrillo actuó como secretaria.
Carmen Palomo Pinel (Madrid, 1980), doctora con Premio Extraordinario en Derecho Romano, materia de la que es profesora en la universidad CEU San Pablo de Madrid. Compagina su labor docente e investigadora con la escritura poética. Como romanista es autora de una monografía y varios artículos de investigación. Su libro ‘Glosas al fuego’ mereció en 2016 el I Premio Internacional de Poesía «Francisco de Aldana» y fue publicado en edición bilingüe (español-italiano) por Hebel Ediciones, de Santiago de Chile. En 2018 obtuvo el Premio Esdrújula de Poesía, por su libro ‘Las costuras del hambre’, otorgado por un jurado formado por los poetas Ángeles Mora, Raquel Lanseros, Antonio Praena y Joaquín Pérez Azaústre. Sus poemas figuran en diversas antologías, entre las que se encuentra ‘Antología de Poesía Iberoamericana Actual’ (Ex libric, 2018).
Obtuvo, en 1998, el I Premio de poesía «Miguel Hernández», otorgado por el Colegio de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias de Madrid. También le han sido concedidos premios de creación literaria de ámbito universitario, como el I Premio de poesía «Ángel Herrera» en 2001 o el I premio de poesía Universidad San Pablo CEU en los años 2002 y 2003. En el año 2006 fue galardonada con el I Premio en el Concurso Internacional de sonetos «Memorial Bruno Alzola».
La selección ha sido hecha por el poeta A. P. Alencart, coordinador literario del Premio Internacional de Poesía Pilar Fernández Labrador.
6. Merula
Que otros busquen la justicia, el derecho, la verdad
con mayúsculas, que otros busquen
la gloria y el sentido.
A mí déjame el mirlo,
el mirlo escueto en el jardín de casa,
el llanto de diamante
en la tela de araña bajo el hielo.
A mí
déjame
el mirlo.
7. Merula II
Pasó la tarde, pasó la mañana, el día primero.
Me dolía:
ninguna utopía pudo decirme nada
sobre el dolor de los niños del pasado,
sobre el pequeño esclavo reventado a golpes.
Me interrogué hacia fuera.
Estaba allí. Me miró
con la fuerza de las cosas que se saben inmortales.
Pasó la tarde, pasó la mañana, el día segundo.
(Yo vivo todavía en aquel pájaro)
8.
Hombre y acantilado
son mundos de perfecta simetría.
Abrigan ambos, rotos, la experiencia del corte.
Cada día se besan: así nos abren túneles
al fondo de la taza de café, en la tierra
varada en los neumáticos, en el fondo
inacabable
de la pupila humana; se nos tragan
el alma
tupidos pasadizos a otro mundo
y la luz
se despeña
se despeña
y encontramos la luz al borde de la luz
cuando ya no la luz.
Su cesura y cisura.
Cada día se besan.
Hombre y acantilado se regalan
su íntima sustancia:
el vértigo.
10. ὕβρις
Toda la superficie de mi piel
es camisa de fuerza.
12.
Tocar el hueso hurgar la herida morar
en la rasgadura del siglo
de ahí no moverse
y a pesar de y por (y, sobre todo, por)
todo este desperdicio
ver la luz
y decirla.
15. Última chica-antorcha en la ciudad de agua
Echar el cuerpo al aluvión
hundirme
apurar mi profunda vocación de atlante
arrojarme a las aguas de un perpetuo diluvio
ser lluvia entre la lluvia
y aún arder.
17.
A quienes me leen.
A los que amo.
Parece tinta letras palabras dibujadas
pero es posada es un vaso de agua
es un trozo de pan es mi caricia
escribo vida
no literatura
este es mi acto de amor
20.
Para venir a poseerlo todo,
no quieras poseer algo en nada.
S. Juan de la Cruz
Al hombre liberal y moderado,
racional y benéfico,
le deseo un encuentro
con la devastación de su promesa
por un terror sublime.
Le deseo una cita con los frutos salvíficos de la peste.
Que se trague una a una,
una a una,
todas las amputaciones de la lepra.
Que le despierte el choque con un amor salvaje,
un amor sin esquinas
y la desproporción
que solo puede traducir un cuerpo
que mansamente afirma,
frente al vacío,
su blanda consistencia.
Con ese amor salvaje que es el cuerpo en sí mismo.
Le deseo una noche de ratas y belleza,
un fascinante ritual de alcantarilla;
una oblación en labio inapropiado
que le despiece,
que le desmesure,
que, al cabo, le desnazca.
Al hombre que domina las circunstancias le deseo
un hijo irregular
que le enseñe la dicha de perder y perderse
en la inmensa ternura
de una mirada bizca, le deseo
blandas migas de pan taponando el oído
para escuchar el grito de la hierba,
la garganta encendida
de la noche.
Al hombre seguro de sí
le deseo un seísmo y un sol desencajado.
Que el cielo de su paladar
tiemble
como una catedral al borde del derrumbe.
Y que lo pierda todo, que lo pierda,
para así tener algo
(al fin,
de verdad,
algo)
One thought on “Carmen Palomo: Poemas de ‘Un silencio habitado’ Accésit del Premio Pilar Fernández Labrador”
Álvaro Giesta 02/09/2021 at 10:34 pm
Excelente poética. Vem comprovar o prémio que mereceu. Parabens
Responder