RUEGO
Cierro mis ojos y lo siento,
nebulosa forma celestial.
Nada soy, padre,
ni auxilio te pido
porque ya estás bajo el trueno
que me sacude,
bajo el mar donde podría perderme,
bajo el sol que no me quiere,
bajo el rojo, el verde o el color que quieras inventarme.
Soy esa libélula casi muerta,
atrapada porque sí,
en el pretil de una ventana.
O la rosa roja de un fértil jardín donde mi madre reina.
O ese deseo hambriento que no se detiene nunca.
Dame el nombre de tu metáfora perfecta
para seguir cerrando mis ojos y decir: amén.
MUJER NADA MÁS
Tengo el cuento de las princesas
atado a un vestido glamuroso y falso,
parecemos un botón plateado de mentiras,
un vientre buscando castillos con nubes tras nube
y flameantes banderas,
no es multiplicidad de género,
no es desconvenir los discursos,
no es la mujercilla con nuevas aposturas,
somos menos que la ambición desenfrenada.
Somos, somos, somos…
aguerridas con voces estruendosas,
cuerpos diversos con mentes sin prototipos,
un muelle de orgasmos si quieren,
olas fecundas en el mar intrépido,
una semilla de minuciosidades que brotan por doquier,
un mimo del no y del sí en la maternidad
donde la piedra es más que piedra y los hijos más que hijos.
¿Somos, somos, somos… el ingreso,
la pulsación,
el cuerpo,
el sexo,
lo hábil,
aquella hoja verde e ingenua del árbol muerto,
o ¿la mujer maravilla desde todas las edades?
CUERPO ESCRITO
Todo ese desatino es la fuga de la serpiente.
La velocidad del arrastre en mi ascetismo.
Mi silencio en la voz de la hoja que el invierno detiene.
Es la palabra indebida,
mal puesta,
borrable de sí misma,
la que me dice lo virginal de mi concepto en el amor.
Insisto en la infamia de los otros,
con mácula y bochorno,
con insipidez y miedo,
tan mínimo de ellos
en los nidos de oropéndola
con su vértigo de desdén y altitud.
Somos palabras bonitas,
a veces, antónimos y mayúsculas,
un yacimiento abstinente,
o piedra del odio que no dice nada,
pero sostiene todo.
Tenemos facilidad de ser
en la ruindad de una hamaca inservible,
esencia de una paja en el ojo ajeno,
una vida en el habitad muerto, de mi cuerpo escrito.
AZOTEA
Cuando digo que el tiempo se arrulla con la lluvia
es que me asomo a la azotea de la infancia.
Aquella donde todo se detiene,
un hogar que llamamos y que esperamos pronto.
Habrá muchos secretos que aún no encuentro.
Esos deseos muertos porque yo misma los maté.
Aun así, la luz me dice que mire arriba
donde las ventanas se abren y los papalotes vuelan…
Mirar siempre con los ojos delante del trébol
y sus hojas benevolentes.
Vivir al día de todas las formas.
Seguir en su espera,
en este sosiego que termina.
RINCÓN
El bosque seco y su última hoja.
Lo árido del cactus cuando hay memoria.
El abanico de ostentar fuerza.
Unos libros de más que no se leen.
Algo parecido a símbolos de árboles rojos.
Un tomacorriente que no sirve.
Lo circular, tan onírico de pozos donde no hay agua.
Yo, esta tarde.
Luissiana Naranjo Abarca es costarricense (1968). Escritora, promotora, gestora y editora de publicaciones para legitimar la literatura como un derecho humano de poblaciones marginales. Es máster en Administración Educativa con estudios de Arte, Periodismo cultural y Lingüística. Ha escrito poemarios como “Cuerpo de Latitud Verde”, “Aire, fuego y agua que nunca se enturbia”, con temas de mestizaje e indigenismo. “Resabios”, “Analfabeta de mi sexo”, “ZIP”, “eróGena” con temas de erotismo y mística. Éste último con la Editorial New York Press. El libro de ensayo, “El poeta militante Próspero Abarca”. “Tristes mujeres, tras la niebla” y “Anfibios poéticos “sus nuevos libros. Tiene dos libros de texto para lectura educativa de la Editorial Eduvisión para escolaridad en Costa Rica, Panamá y Guatemala. Editora de “Línea Generacional del Círculo de Escritores Costarricences”, “Tertulia en el bosque”, “Elige vivir” en la lucha para el cáncer, “Sementios” de adolescentes de zonas de alto riesgo y financiado por la UNESCO, Fundación Paniamor y Microsoft. Ha dado talleres en diversos grupos comunales como a las privadas y ex privadas de libertad con el resultado de publicar las Antologías “Sol para un largo invierno” y “Después del invierno” avalado por Ministerio de Justicia, Ministerio de Cultura y Ministerio de la Mujer. El grupo se dirigió por 8 años y se llamó Palabras Libres. Tiene un libro de literatura infantil “Canica azul” de coautoría y premiado por la EUNED. Actualmente organiza por quinta vez, El Encuentro Internacional Poeta y Medio ambiente con más de 80 poetas que son también entrevistados via Stream y combinado con actividades en diversas regiones. Ha representado al país en diversos Encuentros Internacionales y ha participado en diversas revistas, y también articulista en la Revista Meer, y creciste CRica. Ha participado en diversas antologías por el mundo. Así como traducida en varios idiomas. Ha sido parte de la junta de la Asociación Costarricense de Escritoras y presidenta de la Asociación de obras literarias y artísticas de Costa Rica. Ha estado en el Círculo de Escritores Costarricense, Grupo NAMAI, Grupo del INS, y Grupo de poesía activa EUNICE ODIO desde los 13 años. Actualmente es propietaria de una Residencia para Adultos mayores “Casa Franco” y es parte del “Consejo Nacional de lectura, el libro y las Bibliotecas” como órgano del Estado para propiciar la nueva Ley de cultura.


Imagen de cabecera: La poeta Luissiana Naranjo y Alfonso Chase, el día de la presentación del libro