Colaboraciones

Alfonso Chase: Sobre ‘Trofeos de Caza’, de Alfredo Pérez Alencart

Agradecemos al notable poeta costarricense Alfonso Chase por darnos el privilegio de publicar por vez primera el texto que leyó en la Biblioteca Nacional de Costa Rica, durante la presentación de la antología ‘Trofeos de Caza’, del poeta peruano-español Alfredo Perez Alencart.


Trofeos de Caza (antología personal de Alfredo Pérez Alencart, 2023) es un conjunto de poemas que abarcan 430 páginas, apartes, que reflejan sus libros editados, esta vez este hermoso trofeo, bajo el sello editorial de New York Poetry Press, ediciones que dirige la escritora y activista cultural, Mar Russo.

Exhaustiva secuencia que muestra un transcurso de vida de más de dos décadas, pero que también incluye como antecedentes, los distintos tropismos de Pérez Alencart, antes de instalarse en Salamanca, en 1985.

Su poesía ha sido traducida, parcialmente, a más de 50 idiomas y constituye un caso casi insólito de permanente intercambio entre su vocación de escritor y los múltiples enlaces que ha logrado establecer con también múltiples poetas de Nuestra América y del mundo.

La obra tiene trabajos gráficos de Miguel Elías, el llamado pintor de los poetas, pues ha ilustrado la obra de más de 200 poetas de Nuestra América y España.

Siendo una obra total de ejercicio poético, escogida por el autor, muestra aquellos textos que permiten reconocerlo, en sí mismo, y su proyección al múltiple ámbito de diversos temas como son el amor, los exilios, los territorios, los reales y los inventados, centrado en temas esenciales como son el éxodo, el interminable viaje del poeta, él y nosotros, para alcanzar un fin, que nunca una meta. En lo que él llama privilegios del confuso escoge una obra en movimiento, que establece una temática universal, con sutiles y necesarias visitas a los lugares que ama, desde su patria, Perú, a las continuas patrias descubiertas por afinidades genealógicas, o por simples rutas de paso, con un vector que apenas se mueve, que es su mundo salmantino, donde ha encontrado familia, trabajo, proyección literaria, que es también social y el ejercicio de la fraternidad humana, que se refleja en sus poemas, conversaciones, recados y esa capacidad de reflejarse en las redes sociales, también presentes en estos libros recogidos.

Mar Russo y A. P. Alencart, en San José

Cuando se escriba la historia más reciente de la poesía transatlántica, Pérez Alencart ocupará un lugar de privilegio, pues ha sabido crear una poesía, llamémosla amazónica, desbordada y desbordante, como ejemplo de relación lector, autor, como lo soñaba don Alfonso Reyes o Gabriela Mistral, en tiempos áureos de la literatura hispanoamericana.

Alfredo Pérez Alencart es una propuesta poética de su primer libro (2001), cuando logra darle otro toque de magia a la palabra, despojándola de cualquier hechizo superfluo, y enfrentándola a la palabra migrante de ese viajero universal, pero nunca solo cosmopolita.

Este autor logra definir el oficio poético, como una manera de ejercer ministerio, en diversos  aspectos, ya sean de la enseñanza, el encuentro de la religiosidad íntima, en ese Cristo del alma, que se encuentra presente en todos los niveles de lo que hace, pero que no es en solitario sino en conjunto, incluido el amor fraternal y conyugal, expandido al sistema amoroso que cobija al mundo. Es poesía de combate, aunque no lo parezca. Combate en el sí mismo, con los prejuicios aldeanos, con el propio lenguaje y de preferencia contra los ídolos que definen el mundo moderno cuando el poeta se permite describir un sistema, casi perverso de disloque de los valores humanos y espirituales tenidos como universales en casi todos los sistemas sociales. Poesía amazónica he llamado alguna vez al trabajo en conjunto de Alfredo Pérez Alencart como muestra cultural que es y se manifestó en un eje de la transculturalidad, que corre por su sangre, en donde la tierra natal, la familia, los amigos, los vecinos, se mezclan con su propia vida, que también es la de ellos, y que él refleja, y hasta impone, al escribir.

Particularmente me deslumbra EL PIE EN EL ESTRIBO (Salamanca, 2016), como muestra del ejercicio poético de Pérez Alencart, en donde un estilo libre, volcado sobre sí mismo, muestra una trayectoria vital en donde todo el contenido poético de su vida, brota acompañado de sus ancestros, de seres humanos y vegetales, fantaseos, en donde los neologismos nos impulsan a penetrar más en la poesía de este autor, verdadera ínsula, o lámpara, en la poesía contemporánea hispanoamericana. Este pie sobre el estribo de su propia vida le permite impulsarse, para dar fin a un tiempo de escritor y empezar otro, más ríspido y real.

Otro elemento central de esta antología es el amor: El universal y el particular, centrado en una mujer admirable, lloviznada de vida, y un hijo que pareciera seguir sus pasos de poeta y animador cultural.

Alfredo es un caso particular en la poesía de esta época. Palabras río, aliento de selva y multitud, así como de una religiosidad plural, eco y herencia de Pierre Theilhard de Chardin, podría ser. En todo caso, un cristianismos renovado y vital, oxigenando un universo que parecía ahogarse en su propia demencia.

Con la poeta Marta Rojas

La poesía de Pérez Alencart es parte del áspero violín del universo sonando y él logra, como muy pocos poetas actuales, la visión y la realidad, el lenguaje coloquial y el sonido del alma, los propósitos colectivos de justicia social y fraternidad personal, los espejos rotos desperdigados en la conquista de América, para lograr aciertos que de seguro refulgirán en la historia cultural de América y España.

Trofeos de vida, no solo de caza. Es una antología singular de una poesía de verdad, en momentos en que poesía, en su conjunto universal, pareciera desgranarse en su propio desastre y por eso esta poesía es látigo, tornasol de los atardeceres, frescura de ríos deslizándose y hasta devolviéndose, como se devuelven los pasos de Alfredo Pérez Alencart cada vez inicia un viaje, hasta los rostros y las manos de sus colegas, que son su prójimo más cercano.

San José 17 de agosto de 2023

Alfonso Chase (Cartago, Costa Rica, 1944), uno de los más notables poetas latinoamericanos de hoy. Y lo hacemos a modo de homenaje y admiración, en vida, como deberían ser todos los reconocimientos, salvo que medien décadas o centurias respecto a la marcha del homenajeado. Chase trabajó en Universidad Nacional (Heredia, Costa Rica), en cuya fundación participó activamente, y se jubiló como profesor catedrático en el 2006. Además, ha sido profesor en universidades de Estados Unidos, México, Cuba, Venezuela y Guatemala. También ha ejercido como miembro del jurado de los principales premios literarios del continente americano. Sus poemas y relatos han sido traducidos al inglés, francés, alemán, portugués, polaco, ucraniano, croata, ruso y griego moderno, entre otros, e incluidos en numerosas antologías. Ha recibido, entre otros, los siguientes galardones: Premio Nacional de Cultura (1999); Premio Nacional Aquileo J. Echeverría en las ramas de poesía (1967 y 1995); cuento (1975); novela (1968 y 1995); ensayo (1997); Premio García Monge de Periodismo Cultural (1986) y Premio Carmen Lyra de Literatura Juvenil (1978). Ha publicado más de treinta obras en los géneros de poesía, cuento, novela y ensayo, y ha incursionado en el campo de las artes visuales, con exposiciones dentro del país y fuera de este. Sus libros en poesía son, entre otros: Los reinos de mi mundo (1966), Árbol del tiempo (1967), Cuerpos (1972), El libro de la patria (1975), Los pies sobre la tierra (1978), El tigre luminoso (1983), Entre el ojo y la noche (1991) o Jardines de asfalto (1995).

Alfonso Chase, con Mar Russo, Monthia Sancho y A. P. Alencart



Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*
*