Réquiem en las preposiciones de tu carne
Antes del silencio
sacaré
la última nota de tu pelo
en el pentagrama disímil
de mis manos holgadas,
y así, en mis dedos
insípidos
ligaré los trastes ascendentes
del diapasón elongado
de tu cuello.
Adagio
hurgaré un quejido
en el hondo vibrante
de tu garganta
de violoncelo
hasta hacer
de tu lujuria desgonzada
un preludio
en la vara ávida
de mis brazos de virtuoso.
Acorde,
con la cadencia
de un jadeo
tocaré tu cuerpo
así como se toca una gana,
exploraré tu armonía
en el fraseo
legato
de una nota suspendida
en la tonalidad melodiosa
de la partitura de un ansia
suspendida en el estacato
de tus delirios.
Seremos concierto,
unísono de lujuria disonante,
timbre oscilante
en la tesitura afinada al oído
de un trémolo en piel
cuando las caricias son harpas
en el sosiego de la lengua.
Armonizaremos
los caprichos
en un dúo pungido
tónica dominante
cuando el rasguido de la uña
excite la cuerda melódica
del apetito en monte
de un ombligo descendente
al último refugio de la fuga.
Pianísimo
soplaré tus adentros
así como se pide una espera:
crescendo, diminuendo
suspendido en el calderón
anticipado de tu señal rendida
frasearé cada nota
como se interpreta una canción
en el xilófono de tus huesos.
A bene placito
improvisaré arpegios a piacere
para en la caja resonante
de tu palpitar rítmico
descifrar andante
donde se extingue tu cuerpo
y emana el sonido de tu alma.
Al fine, a capella
daré capo
para repetir en infinito
el tempo egoísta de mi arte
en el eco sonoro
de tu cuerpo cimbreante.
Ese
escondido en este réquiem agonizante
de lo que queda de nosotros
después del cansancio
después del silencio.
D.C.
VERSONIGRAMA CON ALAS
Voy a escribir un verso
sin cuerpo sin canto
ni eco.
Haré un verso
introspecto
multiforme deforme uniforme
simplemente inconforme.
Habrá de llevar rabia
en la garganta de su canto
sutileza en lo irresoluto
de su vuelo
resiliencia en lo fugaz
de su existencia
al planear dormido en los oídos rumiantes
del recuerdo.
Voy a escribir un verso sin
tiempo,
irreflexivo asertivo abrasivo
humanamente subjetivo.
Llevará el vientre
abultado de promesas
intrínseco
mojado de lágrimas secas en los surcos,
plantado
enterrado
como ángel caído a destiempo
a la tierra.
Será árbol y nube
hoja y madera
furia de huesos
furor de boca abierta
lengua de río
serpenteando amor en las venas.
Voy a escribir un verso
curvo
pandora de cajas y secretos
sonrisa de fuego en mañana
ternura de universo
creado al azar
en azul de horizonte.
Voy a crear un verso recóndito
transparente
insurgente
emergente
del eco donde muere y nace
la nada de un poeta.
MI PROBLEMA CON LA ESPECIE
No doblo el tiempo.
La razón es una curva
que nunca se hace círculo,
una inhóspita herrumbre
de los delirios,
anatema de la conciencia,
péndulo locuaz de una maldición
en garganta.
La imagen bifurca su mano
para obligarme a aceptar
este engendro que en mi iris
se transforma en hombre.
¿Quién creó esta semejanza maldita?
Me dijeron que era la especie
Pero ¿qué ingenuo sopló aliento
en este monstruo cruel, injusto
imperfecto, fijo a mi alma
como un espejo frente a otro?
Mi clamor es una mortaja
enterrando verdades solo mías,
ideas desfasadas,
crónicas silentes de un diario
que nadie oirá o leerá nunca.
Porque ¿a quién culpo de la
naturaleza atroz del egoísmo?
¿A quién maldigo por la injusticia
cruel del desamparo?
Si esta existencia
es cáliz humano
anclado en el nudo de la impotencia.
Si tuviera siete días crearía
burros de lodo sin culpa
poblando al mundo.
Si tuviera un juicio final,
condenaría al verdadero culpable
a quemarse para siempre
en las llamas injustas de su propio cinismo.
XIV
«La ciudad y los hombres
me han enseñado a dudar
del silencio».
ENTRE TIEMPOS Y MIELES|
Esta abeja
desaliñada
de
ilusiones/
merodeada en su lengua
de cordura/
el polen
de los años
robados a las flores
silvestres del
hastío.
Lívida
cansada
desilusionada
agrietada
en las mieles
ajenas de besos
de colorete
y pintalabios
rancios de desquicio,
se pierde en el
reflejo espeso
de su lágrima
atorada
entre lo dulce y lo amargo
de la añoranza y el desvelo.
Vuela,
no,
no vuela.
Planea en el viento silente
de la calma de los años,
espera paciente
en las hojas
prestadas
a la lluvia
de risas
de su estoicismo
impuesto por
la fuerza real
de la cicatriz
tatuada
en sus heridas olvidadas.
Ay si pudiera,
si tan solo pudiera
devolverle tiempo
a la miel del tiempo.
Si tan solo
lo raudo
del reloj
tuviera miel
en la hendija
y no la arena veloz
llamándola
gota a gota
a lo inerte
del fondo
devuelto al polvo.
AMBIVALENCIA
«Yo que siempre trabajo y me desvelo
por parecer que tengo de poeta
la gracia que no quiso darme el cielo…»
Cervantes
De pared a pared hay un poeta en reposo,
hondo,
aturdido cazador de infinitos.
De hoja a ojo hay un pensamiento desnudo,
turbio,
lacerante yelmo de la conciencia.
De un lado al otro se esfuma un reloj,
apresurado,
tejedor funesto de derrotas.
De un pasado al otro sucumbe un futuro,
incierto,
acertijo atroz de demagogia.
Del mundo a mi mundo emerge una anarquía,
rebelde,
voz muda del desamparo.
De un día al otro nace un hombre,
imperfecto,
insigne testimonio
de lo humano frente al espejo.
Porque,
de molinos a lanzas cabalga un enano,
gigante,
la boca de un hidalgo
hijo de nada…
MEDITÁMBULO|
Del otro lado está el mundo.
De este lado, casi nada…
Manuel Del Cabral
Este silencio,
disoluta versión de un animismo,
soplo creando un hombre
en el barro vacío de una esencia impúdica.
Este silencio,
irremediable compañero de soledades,
Sancho escudero
de mis batallas con los espejos.
Este silencio,
abrigo de mis catacumbas indelebles,
sombra de un objeto que se hace etéreo
ante el bullicio ilusorio de la muchedumbre.
Este silencio,
es el eco de un fotuto de carne,
es la masa grotesca de un reflejo roto
en la pupila derecha de un ojo tuerto.
Este silencio
grita, gime, maldice,
talla un alma en piedra,
petrificando lágrimas en un rostro
que de pronto sonríe al oír un verso.
Este silencio,
descifra sueños
tan muertos como el papel
que ahora los aprisiona
y me despierta ánima errante,
deslizándose como un tren
tardío que no se detuvo
en la solapa de la estación
en donde mora la momia cruel
de las posibilidades…
Porque «del otro lado está el mundo,
de este, sólo yo, mi silencio y casi nada».
La travesía
Voy saliendo de las piernas de mi abismo,
calando inerte hacia la luz con la boca cortada
por mi llanto de bestia.
Y me bautizo,
revolcándome en el lodo sacro
de mis deseos carnales más impuros.
¿Qué soy?
Hace tanto que me busco…
Soy ese, el mismo que se repite
en la multitud de muchos yo en la calle,
el que va corriendo, huyendo de sí,
hacia la decadencia.
¿Quién soy?
Hace tanto que no lo sé…
Soy el que va bajando
enredado en el cordón umbilical
de su inevitable destino,
el que va descendiendo al silencio
acostado en su tributo a lo humano.
El que va desapareciendo,
desvaneciéndose
en las inclementes garras del tiempo.
Porque ¿hasta dónde bajará mi ataúd,
cuando nadie me recuerde?
Hasta la nada, hasta la absoluta nada…
Leonardo Nin, escritor y antropólogo dominicano. Egresado de la universidad de Harvard. Es uno de los principales representantes de la literatura dominicana contemporánea. Ha publicado diversas obras literarias, entre las que figuran: Guasábaras (cuentos 2003), Sacrilegios del excomulgado (cuentos 2008), Poemas en blanco y Negro (poesía 2014), La porfiadas (teatro 2018), Espacio Pagado (poesía 2019), Solo sé que le llamaban Sombra (novela 2019), Por eso no volveré nunca (cuento 2019), Al lado azul de la nada (poesía 2023). También ha desarrollado una intensa labor literaria y de investigación lingüística y antropológica sobre las variaciones fonéticas del castellano en América y las influencias de la lengua taína y las lenguas africanas en las vertientes modernas de comunicación.
En el 2007 fue galardonado con el premio nacional de la Juventud, en el 2016 ganó el primer lugar en el concurso de cuento Radio Santa María, en el 2018 recibió el premio Ultramar de literatura en teatro, y en el 2019, mención de honor en el concurso de literatura de la Fundación Global (Funglode) en la categoría de cuento. Nuevamente, en el 2019 recibió el premio Ultramar en novela y cuento respectivamente. En el 2021 recibió el Premio Irma Contreras de cuento de la Feria Internacional del Libro de Lawrence, MA. Fue poeta celebrado en al Feria Internacional del Libro de Neiba, Republica Dominicana en el 2022. Sus trabajos literarios y de investigación han sido publicados en diversas antologías y revistas literarias nacionales e internacionales.
En la actualidad es subdirector del Museo Taíno Maguá Ojo de Agua, columnista de la revista Touristmood.es y coeditor de Ivy editorial, Boston, Estados Unidos.
(*) Foto de poetada: Melvyn Aguilar