Tiberíades ha invitado al poeta y periodista Jesús Fonseca para que nos haga conocer una muestra de sus últimos poemas escritos. Generosamente nos envió cinco textos inéditos, un privilegio para nosotros. Jesús Fonseca Escartín (Canfranc- Estación, Huesca, 1952) es poeta y licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid. Hasta hace unos meses dirigió el periódico “La Razón” en Castilla y León, y el programa “Palabras a medianoche” de Castilla y León Televisión. Ha sido corresponsal en Bruselas de Televisión Española y de ABC, y de este mismo diario en Portugal. Jefe de redacción de Blanco y Negro, dirigió también el diario “Información” de Alicante. Delegado de la Agencia Efe en Senegal, Guinea Ecuatorial, Colombia, Argentina y en Castilla y León. Estuvo al frente de la dirección de Nacional de la Agencia Efe y de Información Nacional de los Servicios Informativos de Televisión Española. Tiene siete poemarios publicados y forma parte del prestigioso Premio Internacional de Poesía ‘Pilar Fernández Labrador’ y miembro del Consejo Asesor de los Encuentros de Poetas Iberoamericanos que anualmente se celebran en Salamaca desde 1998.

Fuera no hay camino
Sólo una cosa sabe:
que fuera no hay camino.
Por eso regresa,
una vez y otra,
a los adentros
con el alma alegre,
aunque extenuada
por el gozo radical de amar.
Allí permanece a salvo
de las horas de fatiga;
de lo que sin entender entiende.
Sólo una cosa sabe:
que no puede vivir
sin el ser amado,
a pesar de la duda,
la desolación y el miedo.
Por eso anhela un sentir distinto
de realidad sin fin,
con sus heridas y límites.
Sólo una cosa sabe:
que dentro sí hay camino.
El camino de la fragilidad,
lejos de la mirada ajena,
sin ruido de palabras,
sino de silencios.
Así, despojada de todo,
para que Él viva, va dando pasos
sin desertar de la vida,
hacia lo duradero,
hacia lo que existe
para siempre, para siempre.
Hacia lo que su corazón barrunta.

Meditar es esto
Lo supe tardíamente.
Casi todo nos llega a deshora.
Se te pide simplemente perseverar
entregado, abandonado,
al que nos busca siempre.
Permanecer en su regazo;
estar en el ser, estar en ti
aunque te pueda el cansancio,
aunque te venza el tedio;
ante cualquier fatiga.
Meditar es una llamada,
al misterio de escuchar,
una forma de ser
y de estar en la vida.
Un existir con la Presencia
que nos habita.
Meditar es esto.

El crujir de una rama
Para Ramiro Calle
Es en los adentros donde arraigan las raíces.
En la sombra y el límite,
y en la lentitud de todas las cosas.
Es en el crujido de una rama,
donde brota la armonía.
En las olas del mar y su aventura
inabarcable del más allá.
Es en la pureza inextinguible de la luz,
donde se refleja el universo entero.
En la desnudez del alma, donde se abre
a la vida el gozo que abraza el día.
Es en el manantial del silencio donde el amor
sigue siendo más fuerte que la muerte.

Abrirse al cielo
Frente a los picos altivos de Collarada,
escucho los gritos de entusiasmo del Alto Aragón,
y contemplo la fatalidad de estos pueblos,
alguna vez rebosantes de vida y más vida,
y ahora desamparados como un sórdido gulag
en su mentira final.
Frente a las montañas apretadas de los Pirineos,
pregunto por los cauces de esperanza
que se anegaron, el dolor de existir y los días
sin rumbo cierto de sus gentes.
Frente a las erguidas montañas de Ordesa
y de Benasque, me pregunto
por el estercolero de las horas,
mientras toco con los dedos la plenitud,
desde el gozo de vivir,
como quien no tiene nada que ocultarse.
Mientras escucho, en silencio,esa voz
que viene de lejos, como un chorro de agua fresca.

Volvamos al silencio
Volvamos al silencio,
a esa quietud prolongada
de la eternidad.
Al amor apetecido
antes de la vida
y su verdad sin fin.
Volvamos al gozo
alegre y despreocupado
del que ama y quiere
ser amado, desde
el límite espléndido
de esta hora única.

