Poemas de

Gonzalo Sánchez-Terán: ‘Un mandamiento nuevo os doy’ y otros poemas

Tiberíades agradece al poeta Gonzalo Sánchez-Terán por permitirnos publicar una muestra de sus poemas contenidos en su último libro ‘Y corrí cual si el mal tuviera lindes’ (Reino de Cordelia, 2022), por el cual obtuvo el Premio de la Bienal de Poesía San Juan de la Cruz de la Academia de Juglares de Fontiveros. La selección ha sido hecha por el poeta Alfredo Pérez Alencart.

UN MANDAMIENTO NUEVO OS DOY

Koukou-Angarana. Este del Chad. Abril. Calor.

Tu patria no es la patria de los tuyos,
tu patria no es la tierra donde naces
sino la tierra prometida,
el vasto
país inencontrable que declamas
a los pueblos hambrientos por las dunas,
el país que es tu patria verdadera
porque tú lo has creado con tu anhelo,
ancho de paz y música y justicia,
y hacia él te encaminas o te arrastras
como un miedo adentrándose en su arrojo,
para izar la bandera transparente,
la sola que un ser libre juraría.

Tu patria no es la patria que heredaste,
es la que ofrendas, obras y persigues
aunque tus pies no habrán de hollarla nunca.

MILES DE MILLONES DE MANANTIALES

Frontera entre Costa de Marfil y Guinea Conakry.
Milicias armadas. Violencia. Septiembre.

No zarpan los navíos de los muelles
sino de la imaginación de un hombre
o una mujer con un papel y un lápiz.
Todo nace del sueño de un humano,
del alma prisma expuesta a la luz blanca
como incienso de sándalo que ocupa
los almacenes desabastecidos.

De nosotros.
No hay mano que no pueda
firmar un armisticio. No es posible
que tomen nuestros pies cada camino
pero inventamos las encrucijadas.
Inventamos el libro, por ahora
la única derrota que la muerte
ha sufrido en el cosmos.

De nosotros,
de la rama a la que se aferra el caos,
parten las fechas hacia su jornada
y cuanto existe parte hacia su nombre.
Sin nosotros la vida no sería
más que existencia. Solamente tiempo
cumpliendo espacio por la eternidad.

Nosotros desbrozamos el sendero
a la casa natal de los hexámetros
y escribiremos a la luz del último
de los soles la endecha al universo.

Somos el tabernáculo encendido
donde se ovilla la belleza en celo,
quienes hacemos con el Todo un ambos.

No zarpan los navíos de los muelles,
no brotan las auroras de la noche,
barcos y auroras nacen de las manos
que procrean el bien y los poemas,
nacen de ti y de mí, hermano mío.

GRIETAS EN LOS FRESCOS

Campo de refugiados de Melkadida.
Frontera etíope-somalí. Enero.

Temo que ocurrirán cosas terribles,
más horrorosas que el horror pasado,
si no suceden hechos admirables.

Pues la ascensión que nos volvió gigantes,
más altos de saber y de propósito,
también nos hizo frágiles al hielo,
irreparables ante la caída.

Ya nunca habrá posguerra tras la guerra
ni habrá renacimiento si anochece,
y el fuego que prendió nuestro cerebro,
más intenso que el fuego de los dioses,
si algún día en incendio se convierte
destruirá la raíz de lo creado.

Ved, los mapas políticos orinan
entre los ojos de los mapas mudos,
y la genealogía de las tribus
puede más que sus manos y su rima.

El espíritu, no la inteligencia,
domeñará a la bestia que nos sigue
desde el albor diezmándonos la entraña.

En el palacio paredaño al cero
solo apuntala al muro el infinito.

Si algo puede matarnos, y bien puede,
es imaginar que el conocimiento
y la sabiduría son sinónimos.

Temo que ocurrirán cosas terribles,
más horrorosas que el horror pasado,
si no suceden hechos admirables.

ESTRATEGIA DE ACCIÓN DIRECTA

Los hombres crecen como las ciudades,
alejándose de su centro histórico,
dejando atrás callejas bautizadas
por antiguos oficios artesanos
para agrandarse en anchas avenidas
con nombres de soldados y políticos
hasta desconocerse en carreteras
anónimas o en urbanizaciones
uniformes, silentes, indistintas,
y crecen hasta que entre su ciudad
y la ciudad siguiente ya no hay campo.

Así crecen los hombres.

Y también crecen como las iglesias,
traicionando el mandato de su origen
-la verdad, el amor y la justicia,
partir los panes al caer la tarde-
para alzar templos como fortalezas
donde juntar el oro de sus fieles
y convocar milicias que lo guarden,
besando el manto y acatando el orden
de quienes persiguieron a su apóstol,
hasta reconocerse solamente
en el temor a las demás iglesias.

También así los hombres crecen.

Yo quisiera crecer como el olivo,
la encina, el fresno, el álamo, la higuera,
que no saben en qué país arraigan
ni buscan otra plata que la lluvia,
protegen aves, y hallan su grandeza
no creciendo más, sino siendo bosques.

SOBRE LOS NACIONALISMOS

Europa. Octubre.

Cuando llegue tu barca a nueva tierra
pregunta quién tiene el poder y témelo,
desconfía de él aunque sonría,

si además de tener poder invoca
el pasado y agita una bandera
témelo más, porque persigue el daño
y usa la falsedad como mastín,

si al caminar llegaras a la plaza
pregunta quiénes forman mayoría
en la asamblea y desconfía de ellos,

si al recorrer las calles ves banderas
colgando en los balcones siente asco
y desprecio por esa sociedad,
ya se jure pacífica y humana.

Y si al volver a tu país descubres
que quien tiene el poder te representa,
la mayoría de parlamentarios
defiende tu interés y en los balcones
las banderas que cuelgan son las tuyas,
desconfía de ti, teme a tu patria.

POEMA DEL CUENCO DE LAS MANOS JUNTAS

Burundi. Febrero.

Si eres el paraíso, si te sabes
anfitrión de cumbres, baptisterio
de las estrellas, sede del sentido,
quién,
quién podrá expulsarte de él, qué ángel
o bestia te echará de la conciencia,
de tu mente, la Ítaca del tiempo.

Las carabelas que la luz fletó
a través de millones de milenios
en ti han desembarcado, en tu albedrío
y en tus sentidos. Ángeles y bestias
darían sus espadas y sus fauces
por pasar una noche tras tu frente.

Solo en la comprensión hay principados
y tú eres el señor de las razones.
Cabe más en el cofre de tu espíritu
que en las tundras polares del espacio:
tú sientes, tú conoces, tú proyectas.
Los suicidas son todos regicidas.

Cuida al río que brota de tu cántara
pues hechos y jornadas allí beben,
allí lavan su sexo. Lo creado
son tus estribaciones; las hipótesis
son tus huéspedes. Nada es tu extranjero.
Con tu salvoconducto viaja el alba.

En la grandiosidad del universo
solo tus dedos, nada más, señalan
al firmamento, empuñan un arado,
escriben, crean arte y acarician.
Eres el paraíso: concelébralo
y entrégalo más bello que lo hallaste.

ARENGA DEL ATERIDO A LOS RESCOLDOS

Miniaremos la página del tiempo
que el viento trajo a la morada nuestra,
y cada ser humano será el título,
y alma capitular todas las almas.

Enromará la crueldad sus dientes
contra versos de harina y levadura,
se escuchará por muelles silenciosos
el eco de unos remos sobre el agua.

Desnazificaremos al futuro.

Habrá paz. Rendirá el poder sus armas
y de rodillas peregrinará
hasta la puerta de los humillados
implorando clemencia por sus crímenes.

Se arrancarán el cepo de la pierna
los pueblos mártires, y harán mantillo
del recuerdo, no sal, no más ponzoña.

En la mente del mal cincelaremos
bellos bajorrelieves de hombres libres,
mereceremos su lobotomía.

Y desescombraremos el lenguaje,
sin ello lo demás es imposible,
espulgando mentiras de su pubis
y sajando la aorta de los odios.

Y en la guerra civil del universo
lucharemos del lado del sentido
hasta que desde el centro a los confines
celebren nuestra brevedad los astros.

Arbolaremos de alegría y arte
la dehesa boyal que compartimos,
cuidaremos los unos de los otros,
cuidaremos las unas de las otras,
y juntos bajo el infinito cielo
gritaremos desnudos y orgullosos,
míranos, vida, míranos y aplaude.

Gonzalo Sánchez-Terán (Madrid, 1971) Trabaja desde 2001 organizando e implementando proyectos en campos de refugiados en varios países africanos. Desde 2014 es el Director Adjunto de Programas Humanitarios del Center fo r International Humanitarian Cooperation de la Universidad de Fordham, en Nueva York. Ha publicado los poemarios, Así en la tierra como en tu cuerpo (Premio Ciudad de Irún 2000), Desvivirse (Premio de Arte Joven de la Comunidad de Madrid 2001), Si esto sirviera para hablar del río (2020), Y corrí cual si el mal tuviera lindes (2022), y el epistolario El silencio de Dios y otras metáforas (2009), junto al periodista Alfonso Armada.

En Fontiveros, recibiendo el premio
Aganzo, Alencart, Sánchez-Terán, Muñoz Quirós y David Sánchez, alcalde de Fontiveros



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