Colaboraciones

Marcos Porrini: Sobre ‘La cena de las Cenizas’, de Claudio Archubi

Giordano Bruno (1548-1600) fue un filósofo, astrónomo, poeta, teólogo y ocultista italiano cuya visión del universo como infinito y lleno de mundos habitados lo llevó a enfrentarse con la ortodoxia religiosa de su tiempo. Su obra abarca desde la cosmología hasta la metafísica, pasando por el arte de la memoria y la magia natural. Bruno es una figura clave en la transición del pensamiento medieval al moderno, y su filosofía prefigura muchas de las ideas que luego serían desarrolladas por la modernidad.
La cena de las Cenizas (Ed. La Primera vértebra, 2025), del argentino Claudio Archubi, es una obra poética que se adentra en la compleja figura de Giordano Bruno. El texto inicia con una poderosa imagen de Bruno ardiendo en la hoguera. Esta imagen refleja no solo el martirio físico de Bruno sino también su incandescente impacto intelectual. Archubi nos invita, con esto, a una cena metafísica. Comeremos el fuego de la Inquisición transformado en luminiscencia lírica. El dolor es una metamorfosis por la que Bruno brilla: «Ahora cuando las llamas me envuelvan, me soñaré en el centro del mundo danzando desnudo, repleto de cielo, brillaré en la noche, me diseminaré por el aire, atravesaré los cuerpos, tocaré el futuro». Aquí, la hoguera que consume a Bruno es la misma que lo transmuta hacia un principio cosmológico: «Bruno se expande, se disemina, se multiplica como una madre adolorida».
La combinación de elementos místicos y científicos crea un texto que es a la vez una exploración poética y una meditación filosófica. La obra no solo relata hechos sino que dramatiza ideas filosóficas, científicas y teológicas. Archubi, a través de sus personajes y sus diálogos, desafía al lector a reconsiderar el vínculo entre la razón y la fe, la ciencia y la mística. A través de una estructura fragmentaria y altamente simbólica, el poemario reconstruye el pensamiento y el martirio brunianos explorando conceptos como el infinito, la sustancia universal y la trascendencia del espíritu a través del fuego.
Según el teórico Wolfgang Iser, todo texto construye una imagen de su lector ideal, el lector implícito, que es capaz de captar y rellenar los significados ausentes y seguir las indicaciones del texto. En el caso de La cena de las Cenizas, el lector implícito debe tener un cierto nivel de conocimiento sobre Giordano Bruno, la tradición hermética y posiblemente la obra de Telesio y Copérnico, para captar las referencias y profundizar en los significados ocultos.
El título La cena de las Cenizas remite directamente a la obra de Bruno La cena de las Cenizas (1584), donde defendía la visión copernicana del universo infinito. Archubi, sin embargo, reinterpreta el título en clave de consumación: no se trata solo de una cena filosófica, sino de la transformación final de Bruno en ceniza, en un fuego que no se apaga sino que se esparce.
Desde el inicio, el poemario se construye como un diálogo entre el hablante lírico y Giordano Bruno. Se destaca el personaje de Filoteo, nombre que Bruno usó en sus diálogos filosóficos, quien aquí funge como narrador y testigo de la transmutación del filósofo en llama y en idea.
El epígrafe tomado de Del infinito universo y los mundos (GB, 1584) subraya la clave hermética de la obra: Bruno no es solo un individuo, sino un principio activo en la realidad, alguien que se eleva sin temor, traspasando los límites impuestos por la ignorancia.
En el poema De Rerum Natura, el hablante lírico, Filoteo, contrasta su visión con la de su interlocutor:

«Dices que el árbol de la ciencia crece hasta los pies de Dios. Y yo, Filoteo, te digo: Los nervios de mi animal son tan tristes como luminosos. Crecen sin límites porque Dios crece vibrando en ellos sin ponerles un pie encima».

Aquí se observa un rechazo a la concepción estática de lo divino. Dios no es un límite ni un punto fijo, sino una vibración inmanente, una expansión continua.

Texto de contraportada de Balam Rodrigo

La estructura del poemario se articula en torno a las siete llamas, que evocan la purificación alquímica y la transmutación espiritual. Cada una representa una etapa en el proceso de trascendencia:

Primera llama: La Tierra como ente vivo, la conexión orgánica con el cosmos.
Segunda llama: El fuego interior en la materia, la resistencia del pensamiento.
Tercera llama: La disolución de los límites entre cuerpo y cosmos.
Cuarta llama: La asimilación de la Verdad como alas incorruptibles.
Quinta llama: La expansión del conocimiento, simbolizada por la abeja que poliniza.
Sexta llama: El amor como fuerza cósmica, la fusión con lo femenino.
Séptima llama: La disolución final del ego en la totalidad.

Un aspecto notable del poemario es la presencia de figuras femeninas en momentos clave. A diferencia de otras aproximaciones a Bruno que lo presentan como un intelectual solitario, Archubi lo vincula con lo femenino como principio cósmico.
En Sexta llama, aparece una “oscura dama” que observa a Bruno en la hoguera:

«Ven, oscura dama que me contemplas en la hoguera, nacimos del fuego y con el fuego
adentro volvemos a él
».

Esta figura puede interpretarse de varias maneras: como una alegoría de la Naturaleza, como la Muerte que lo acoge o incluso como la Sabiduría hermética que trasciende la destrucción. La asociación entre lo femenino y el fuego también remite a la tradición alquímica, donde la transmutación del espíritu era concebida como un proceso análogo a la gestación.
En De la doncella herida por un rayo, se presenta a una mujer que encarna la energía incontrolable de lo divino:

«Ciertas doncellas han sobrevivido a un rayo sacrificando apenas su vello púbico.
Son las que tienen fuego adentro, hijas de Júpiter: para acercarse hay que arder
».

Otro de los temas recurrentes en el poemario es la visión del cosmos como un ente viviente. En el poema De Rerum Natura, se presenta el universo como un «triste animal diseminado», en una referencia tanto a Lucrecio como a la teoría del Anima Mundi de los neoplatónicos. Esta visión panteísta de la realidad concuerda con el pensamiento de Bruno, quien afirmaba la infinitud del universo y la presencia de la divinidad en toda la materia.

A diferencia de otras aproximaciones que lo presentan como una víctima del Santo Oficio, Archubi lo configura como un ser que trasciende su época, casi como un demiurgo de la modernidad.

En Expulsión de la bestia triunfante, el poeta recupera la metáfora de la bestia para simbolizar el pensamiento libre que, aunque expulsado por la ortodoxia, siempre regresa:

«Ya imagina esta tinta en la hoguera. Pero no temas, Bruno. Si vieras cómo tu palabra va del negro al blanco, del blanco al rojo, del rojo al cielo, del cielo a la ceniza».

Hacia el final, el poemario regresa a la imagen de la ceniza no como desvanecimiento, sino como permanencia. En Cenizas, se evoca la disolución del cuerpo de Bruno en la historia y en la naturaleza:

«Volaste distinto, Bruno, con tu cabeza mirando hacia todas partes, volaste insistente, sin temor, entre el útero y la hoguera, de la unidad al espanto».

Esta noción se refuerza en Spiritus, donde un interlocutor anónimo (tal vez Filoteo) formula preguntas que desafían la lógica aristotélica:

«Bruno, ¿ya saliste de todo lugar? ¿Has tocado el vacío, Bruno?»… «¿Se dobla el espacio? ¿Tan poderosos son los cuerpos, Bruno?»… «¿Volverás alguna vez?».

La poesía de Archubi, entonces, no pretende fijar a Bruno en un dogma, sino prolongar su cuestionamiento perpetuo.

La cena de las Cenizas (CA) es mucho más que un homenaje a Giordano Bruno: es una reactivación de su pensamiento en clave poética. Archubi logra una obra que no solo reconstruye su martirio sino que lo proyecta en múltiples direcciones: hacia la historia, la filosofía, la ciencia, la alquimia y la literatura. El poemario presenta una estructura en espiral, donde cada imagen regresa transformada, expandiéndose en nuevas significaciones.

Expulsión de la bestia triunfante

Escribe, muéstrate al mundo como un mapa del cielo.
Escribe, Bruno, hasta dejar de ser Bruno, que para eso has dominado a la bestia.
El camino del conocimiento nace de nuestro movimiento natural. Amanecía. Se cansó el vacío de estarlo. Disparó sus balas: nosotros pensándolo.
Somos fruto de las orillas: así nuestro pensamiento se mueve mordido por las furias, asciende en ellas para cruzar todos los límites.
Ya imagina esta tinta en la hoguera. Pero no temas, Bruno.
Si vieras cómo tu palabra va del negro al blanco del blanco al rojo del rojo al cielo, del cielo a la ceniza.
Si vieras tu palabra en llamas, verías también cómo se encandilan las almas alumbradas en la noche del futuro:
Silenciado el lobo del lamento.
Expulsados el cuervo, el escorpión y la ballena.
Sumados nosotros en los otros.
Dónde ha quedado la bestia: nuestro pensamiento es ahora la bestia que expulsada girando asciende de amor sedienta, del cero al uno, del uno al infinito.

Claudio Archubi (Mar del Plata, Argentina, 1971). Doctor en Física e investigador de CONICET. Actualmente trabaja en el IAFE (Instituto de Astronomía y Física del Espacio). Colabora con revistas literarias del país y del exterior. Ha participado en varios festivales internacionales de poesía (en Argentina, México y Perú).  Mención única de honor en el concurso de poesía de la editorial Ruinas Circulares 2012 y menciones en cuento y poesía 2014. Segundo premio de poesía del Concurso de Letras 2019 del Fondo Nacional de las Artes,  segundo premio en el Concurso Nacional de Poesía Victoria Ocampo 2021, finalista en el Premio de Poesía Ciudad de Salamanca 2021 y mención de honor en el Concurso de Poesía Vuelo de Quimera 2022. Textos suyos han sido traducidos al portugués, al inglés, al árabe y al montenegrino. Su libro La casa sin sombra ha sido seleccionado, traducido al inglés y publicado en la antología bilingüe: África vs Latinoamérica. Escritura experimental (Langaa RPCIG, Camerún, 2017). Textos suyos traducidos al árabe integran una antología de poesía argentina publicada en 2022 en Emiratos Árabes. Publicó La forma del agua (cuentos, ed. de la Universidad de La Plata, 2010), Siete maneras de decir tristeza (poemas en prosa, Lima, 2011), Sísifo en el Norte (poemas en prosa, ed. Ruinas Circulares, Buenos Aires, 2012), La casa sin sombra (poema en prosa, Buenos Aires, 2014), la ciudad vacía (ed. Trópico Sur, Uruguay, 2015), La Máquina de las alegorías (poemas en prosa, ed. Buenos Aires Poetry, Buenos Aires, 2016), Arca rota jardín de nadie (ed. Valparaíso, España, 2018), Cielo al revés (Metafísica de la imagen de “Teresa” soñando el Sur) (ed. La primera vértebra, Buenos Aires, 2020), Hermana, jardín, espina (ed. Detodoslosmares, Córdoba, 2023) y La cena de las Cenizas (ed. La Primera Vértebra, Buenos Aires, 2025). 

 




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