Poemas de

Otoniel Guevara: ‘Yo tampoco escuché a los constructores’ y otros poemas para el XXVII Encuentro de Poetas Iberoamericanos

 

Yo tampoco escuché a los constructores

Como Kavafis
no percibí
cuando a mi alrededor
me fue cercando un muro de indolencia

Yo no tenía nada qué hacer allá afuera

Vivía
colmado de silencio
de soledad
de mí mismo

Debí sospechar
cuando los pájaros comenzaron a llegar a su semilla uniformados
y los reptiles no mostraron ninguna preocupación por la vasta tormenta
cuando las tejas dejaron de jugar barajas con el viento

Ahora estoy rodeado de esqueletos insomnes
La fetidez del agua ha borrado las tapas de mis libros
No hay calles detrás de las puertas
solo promontorios de mentiras

Cielo juncos maremotos costillas
me cercan
me oprimen
embalsaman mi ardiente escapulario

¿Cómo pudo llenarse de cajas la cocina?
¿En qué momento emigraron los clavos y los hilos?
¿Por qué introdujeron balas en el pan?

La ciudad fue cercada
y nadie pide auxilio a los poetas
La demencia se apoderó de las piedras
La pobre gente ya no logró saber cómo se originó el primer centavo
Volvieron a lapidar a Jesús por atreverse a hablar de amor de paz
y de justicia
Tantas flores inútilmente rasgadas de sus tallos

Dos jóvenes
se besan en la esquina
pero solo es el anuncio de una película
de ciencia ficción

No estoy solo

No deseo ser una estrella rutilante sobre la cabeza de los desolladores.
Quiero estar lejos de la flamante coraza de los asesinos.
No seré amigo de quienes manchan su tabaco con sangre adolescente.
No tenderé mi mano al que inundó de estiércol los arroyos.

Sobre la mesa esparcí unas semillas
-amargas
ordinarias
diminutas-
que comparten plenamente mi evangelio.

Plegaria

El pan de cada día me lo robaré hoy. Hoy
que tengo hambre,
hoy que mis versos se cotizan tan bien
en el mercado más negro:
el de la ingratitud.

Que mi cuerpo crepite en toda tentación
para ungir de sentido a mis palabras.

Me basto para librarme
de las malas lecturas,
de necios, pusilánimes
y hurtadores de obras.

Me basto para hundirme en cinturas y biblias,
en filas de agonía
y mercados de sangre.

Santificados sean mis lectores.

Ruego al buen Señor
no librarlos de mí.


Ojo

Ya no aburran con escrituras sagradas,
mucho menos a mí, que trabajé sin tregua
para tensar mi amistad con los alucinados.

Lo sagrado reside en mi esqueleto
y en su fragor de barco vagabundo.

Mi biblia son las hierbas parlanchinas
que se comieron los rieles ferroviarios.

Yo soy el verdadero negociador de la paz.
El dinamitador de todos los presidios.

No me pierdan de vista.




Del origen

Si la guerra fuera necesaria
los niños nacerían con fusiles.
Pero no.

Nacemos
de una fuente de oxígeno y de agua. Lo indispensable
para sobrevivir sobre la tierra.
En paz.
Sin indigencia.

Pero hubo alguien que envenenó su propio corazón.

Después,
cercó la tierra.


Apocalipsis

Vi árboles hemipléjicos
Arrastraban sus raíces por la tierra
Murmuraban
en un sordo dialecto de cántaros

Vi ratas congregadas en la iglesia
Comejenes regentando guarderías

Vi una luna llena desechable
Besando de muerte los zacatales
Vi a las bestias del mar refugiarse
en la sístole de un corazón

Vi el espejo


Tesoros

Perdí todas las muelas. Me las arranqué todas.
Con mis manos.

Tuve pocas camisas en verdad elegantes. Las venció
la lejía. El uso. Las miradas.

No me enteré de nada de lo que fui perdiendo,
no percibí lo tarde de la tarde.

No me queda más ropa que la risa. Solo la muerte
podrá verme desnudo

y descansar en paz.

Otoniel Guevara (El Salvador, 1967). Reside en Honduras. Es editor de Libros Chifurnia y Productor ejecutivo del Festival Internacional de Literatura “Tegus sí canta” de Honduras. El Festival Internacional de La Habana le entregó en mayo de 2024 la Distinción CubaPoesía al Mérito Cultural por su trabajo de dos décadas organizando y desarrollando festivales internacionales de poesía en Centroamérica. En 2024 publicó los libros “Sobre la tierra” y “Luzbéllica”, cuaderno de guerra.

Los poetas Otoniel Guevara y Alfredo Pérez Alencart en Honduras (foto de Chaco de la Pitoreta)




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